La Radio y yo (y II)

Luis Herrero anunció en el 2003 que dejaba La Mañana para irse a la política tras cinco años al frente de ella. Se presentó como independiente por las listas del PP al Parlamento Europeo. Cinco años le ha durado la cosa. Tras los servicios prestados, como ya se sabe, una simple patada en el frente. A mí ni me decepcionó ni todo lo contrario, fue su decisión personal e incluso me alivió, pues su seguidores acérrimos sabíamos que desde hacía tiempo no lo estaba pasando bien. Además no se desvinculó totalmente de la radio pues comenzó un programa de cine y algo más los viernes por la noche junto a José Luis Garci y Eduardo Torres Dulce. Yo siempre había defendido (incluso creo recordar que se lo comenté en algún chat) que Luis era mejor comunicador para la noche que para la mañana. Los programas nocturnos son más reflexivos que los diurnos. Allí la información se supone ya conocida y lo que más interesa es el debate y el análisis de la misma. Y para eso Luis Herrero es un maestro. Si hiciéramos un símil futbolístico, el de Castellón estaría jugando siempre en el centro del campo repartiendo juego y Federico Jiménez Losantos sería el auténtico chupón estrella que marca los goles.

No obstante, el paso de Federico Jiménez Losantos por la Linterna me proporcionó algo que hasta ese momento nadie me había provocado: el interés por saber. Con él descubrí que tras la defensa de unas siglas políticas o de unos grupos mediáticos en particular había algo más que la empatía que pudieras tener o la manía que le pudieras haber cogido a alguno de ellos por algún acto en particular. Existían diferentes principios, distintas ideas, valores contrapuestos, que para alguien como yo, que nunca me había interesado ni por la filosofía, ni por la politología, ni por casi nada que terminara en ía, eran hasta ese momento desconocidas para mí. De ahí que me empezara a surgir un interés especial por recuperar el tiempo perdido y comenzara a leer todo lo que cayera en mis manos sobre todos esos temas. Libertaddigital comenzó su andadura en marzo de 2000. Fue una herramienta muy útil para mi nueva afición que no pasaba ya en exclusiva por escuchar la radio, sino, como ya he escrito, por aprender todo aquello que desconocía en relación a las ciencias sociales. El periódico al principio no tenía el éxito que ha cosechado durante estos últimos años. Por ejemplo, los chats en los que participaba Federico Jiménez Losantos los miércoles por la tarde comenzaron con escasos 20 o 30 participantes de media; me acuerdo que por esas fechas, cuando alguna semana llegaban al pico de medio centenar me alegraba como si ya tuviera acciones de la empresa. Luego fue creciendo hasta convertirse en el periódico exclusivamente online más seguido en español. Antes de todo esto yo ya estaba suscrito a La Ilustración Liberal, revista trimestral que me ayudó a mejorar mis conocimientos sobre el Liberalismo y sus diferentes corrientes.

Pero, bueno, como se supone que este post está dedicado a la radio, voy a ceñirme estrictamente al tema. Tras la huida de Luis Herrero continué por las mañanas escuchando a Federico, por la tardes me pasaba a Carlos Herrera en Onda Cero y por la noches volvía con César Vidal. Más tarde pasaron a Herrera por la mañana y empecé como muchos a simultanear la Cope con Onda Cero: casi todos los días Federico hasta las 10 y de las 10 en adelante con Carlos. Por la noches me pasó lo mismo e iba zapeando entre Carlos Alsina y César Vidal. Ya no tenía una cadena de emisoras única de referencia, aunque la Cope fuera la auténtica columna vertebral de mis escuchas.

No quiero hacer esto mucho más cansino de lo que ha quedado contando mis desventuras radiofónicas. Como dije al principio del anterior post, la intención no era otra que la de hacer un simple homenaje a la radio que me ha estado acompañando durante estos últimos años. Sé que me dejo muchas cosas en el tintero. Pero esto sería eterno. Me dejo mi relación amor odio con García en sus últimos días por la Cope, la sorpresa que me llevé con Abellán al tomar su testigo con los deportes de la casa tras seguirlo durante tanto tiempo en «La Jungla» de Cadena 100, el programa de «Al sur de la semana» de Rafa Sánchez, «El Albero» de Pedro Javier Cáceres, «Estamos en el Aire» de Oché Cortés durante los regresos desde Torrevieja los fines de semana de verano y otros programas de otras emisoras como «La Rosa de los Vientos» de Juan Antonio Cebrian. El futuro ya se escribirá. En un principio me iré con Federico, César y Luis Herrero a Esradio. Pero no quiero adelantar los acontecimientos. A lo mejor, quién sabe, aparece dentro de no mucho un capítulo nuevo de la Radio y yo.