Murcialiberal ahora en laopiniondemurcia.es

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Cuando empecé con esta bitácora, hace ahora cinco años, nunca imaginé que terminaría escribiendo el blog bajo la siglas del periódico La Opinión. Efectivamente, a partir de ahora, todas las entradas las haré en el nuevo blog que con tanta generosidad han tenido a bien poner a mi disposición.

La nueva url es:

http://blogs.laopiniondemurcia.es/murcialiberal

Por ahora mantedré esta bitácora pero únicamente poniendo el enlace de cada entrada a la nueva. Espero seguir contando con vosotros como hasta ahora lo he hecho. Como digo siempre, no pretendo sentar cátedra con cada opinión que expreso, ni quiero herir, como se dice ahora, ninguna sensibilidad. Tan sólo intento escribir lo que se me pasa por la cabeza sobre cualquier tema de actualidad o sobre mis ideas. Desde ahora lanzo un perdón preventivo ante cualquier metedura de pata, que a buen seguro que las habrá.

Quiero agradecer de nuevo a La Opinión por el gesto y decirles a todos mis «conblogueros» que es un honor compartir plataforma con cada uno de ellos.

A ZP le dió un mal aire en Copenhague

A Zapatero le tuvo que dar un mal aire antes de entrar a dar el discurso en la cumbre de Copenhague. De otra forma no se explica que, ante la atenta (se supone) mirada de la mayoría de los jefes de Estado del mundo, dijera sin mover una ceja siquiera: «la tierra no pertenece a nadie…salvo al viento». Espero que en la cena que la Reina Margarita de Dinamarca ofrece esta noche a los mandatarios presentes en la Cumbre no se lo ocurra tener otra iluminación de las suyas. Una sola mirada de la anfitriona podría hacer que hasta el mismísimo Rodríguez Zapatero llegara a ruborizarse.

Alegraos

Francisco Rodríguez Barragán / Cada año, cuando llegan estos días, nos ocupamos de hacer llegar a nuestros amigos algún mensaje que les haga saber nuestro deseo de que sean felices. Por mi parte utilizo las palabras de San Pablo: estad alegres, os lo repito, alegraos. Pero ¿qué motivos hay para estar alegres, cómo podemos estar alegres en medio de tanta crisis, tantos problemas, tanto dolor?

Lo que os deseo no es que hagáis un pequeño paréntesis, unos días de jolgorio, para volver a los mismos problemas, las mismas dificultades, sino que os instaléis en una permanente alegría que nada ni nadie os pueda arrebatar. Dentro de nosotros existe una hondura, casi siempre inexplorada, donde podemos encontrarnos con Aquél que es fundamento de todo lo que existe, la roca segura donde edificar nuestra vida, donde ponernos a salvo.

En el correr inestable de los días, sufrimos el suplicio de los acontecimientos favorables o adversos que se suceden sin tregua. Nuestros deseos, siempre incolmables, nos zarandean cada día, nos inquietan los logros que deseamos alcanzar, nos asusta lo que podemos perder, sufrimos hasta por cosas que no llegan a ocurrir. La felicidad quizás sea algo que recordamos del pasado o algo que esperamos de un futuro incierto.

Las olas del océano pueden levantarse embravecidas en la tormenta, pero debajo de la superficie hay calma y estabilidad. Lo mismo pasa en nosotros. Debajo del agitado devenir de los días, tenemos en el espesor de nuestra alma un espacio sagrado y seguro. Sólo hay que armarse de valor y bajar a estas profundidades de nuestro ser donde, despojados de todos nuestros disfraces, nos encontremos a nosotros mismos ante Dios, fuente de alegría, sostén de toda esperanza.

Los problemas, las preocupaciones o los sufrimientos no van a desaparecer pero habremos descubierto el lugar donde encontrar la paz y la alegría, una alegría que nadie nos podrá quitar, distinta a la que ofrece el mundo, hecha de consumo y diversión. Una alegría que podemos compartir, sin que se agote nunca, con la gente que nos rodea. Podemos ser personas que viviendo los mismos problemas que los demás mantengamos la paz y la alegría y demos razón de nuestra esperanza.

Esa es la alegría que deseo a todos mis amigos, de la tuvimos noticias gracias a Jesús, el Hijo de Dios, cuyo nacimiento vamos a celebrar, que nos mostró el amor que Dios no tiene y que ha hecho morada dentro de nosotros.

Y si llueve, ¿qué hacemos?

Hombre, no estamos precisamente en el paraíso de las precipitaciones abundantes, pero de vez en cuando le da al clima por estos lares por ser especialmente caprichoso y dejarnos sorpresas inesperadas en forma de lluvia (y con lo que está cambiando, puf).

Una juez paralizó ayer los trabajos arqueológicos que se llevaban a cabo en el antiguo jardín de San Esteban porque una masa de gente liderada por el profesor del Toro denunció judicialmente el problema. Ellos, que se han proclamado como los mayores defensores del patrimonio cultural de Murcia, pueden provocar con su actitud la verdadera ruina de la ruina (y perdón por el pleonasmo). Porque, si llueve, ¿qué hacemos?

Lo primero sería que el profesor del Toro y sus fieles seguidores recogieran sus bártulos de las inmediaciones de San Esteban para presentarse en sede judicial y, por ejemplo, abrazar entre todos el palacio de Justicia para esperar a que su señoría tenga a bien revocar de manera urgente la medida cautelar. Eso sería lo mínimo.

Y es que son las 20 horas del día 10 de diciembre de 2009 y allí, según dicen, no mueve nadie un ladrillo.

¿Cuándo empezarán de nuevo los trabajos?

Los fallos de los expertos

Francisco Rodríguez Barragán / Los expertos son aquellas personas capaces de explicar «científicamente» por qué las cosas no ocurrieron como ellos pronosticaron. El colegio de augures de Roma, creo que contaba tan sólo con cuatro miembros, que se dedicaban a predecir el resultado de las acciones políticas o militares de la República o el Imperio, escudriñando el vuelo de las aves, su forma de comer o el estado de sus vísceras. Ignoro las veces que acertaron o se equivocaron, aunque en otras ocasiones sus dictámenes sirvieron para suspender las acciones consultadas.

Ahora, que pensamos estar más civilizados que entonces, en lugar de augures contamos con expertos, miles de expertos. Ellos elaboran estadísticas, proyecciones, índices y otras herramientas sobre las cuales se planifica la política, la economía, la educación, la población, la guerra, el clima, el futuro, en fin.

Naturalmente ese futuro resulta a menudo bastante diferente a lo previsto, pero los expertos explicarán, sin inmutarse, los procesos causales de la nueva realidad y propondrán de inmediato otros planes y otras soluciones.

Pensemos en cualquier obra pública, cuya planificación y ejecución ha sido encargada a expertos altamente cualificados. Lo más probable es que el costo y el tiempo de ejecución de la misma sean muy superiores a lo previsto.

Los americanos deciden ir a la guerra para la que cuentan con una gigantesca red de expertos en todo, armas eficaces y recursos económicos. Ellos pondrán orden rápidamente en cualquier punto del planeta, ya sea Corea, Vietman, Kuwait, Irak o Afganistán. Pues no, las cosas no salen como pensaban y esto pasa una y otra vez. Las victorias que alcanzaron contra los españoles en Filipinas, contra los alemanes en dos guerras mundiales o contra los japoneses, lanzándoles la bomba atómica, quizás les hicieron creer a sus expertos que lo mismo pasaría con las demás. Las cosas siempre ocurren de forma distinta. Ni Corea ni Vietman, parecen haberles enseñado nada.

Armados de una potente doctrina revolucionaria, un poder omnímodo y unos decididos planificadores, los soviéticos fueron hundiendo a medio mundo en la miseria, plan tras plan, hasta la implosión de su régimen en 1989. En Occidente y en América Latina, muchos expertos en marxismo siguieron y siguen organizando sus partidos comunistas, sin enterarse de nada.

Después de la caída del muro y el fin del régimen comunista, las democracias capitalistas se sintieron satisfechas con el crecimiento de su desarrollo técnico, de sus libertades, de sus instituciones, de su nivel de vida. Como las cosas iban viento en popa, los políticos y sus expertos asesores, pensaron que todo podía seguir así. Pero de pronto aparece la crisis financiera y el mundo entero entra en convulsión. Uno puede preguntarse cómo es posible que los expertos financieros, que pueblan los gabinetes de los grandes bancos, no barruntaran la catástrofe y siguieran invirtiendo en Lehman Brother, por ejemplo.

Pienso que pueden fabricarse teorías, proyecciones, planes, índices y leyes de economía sostenible, pero no hay manera de tabular la conducta humana. No sé si los expertos llegarán a reconocer, alguna vez, que no pueden prever las ocurrencias de los políticos, el egoísmo de los financieros o el rencor de los terroristas entre las variables de sus estadísticas, de sus previsiones.

El afán de ganancia de los financieros, la búsqueda de votos de los políticos, los intereses de las poderosas multinacionales, los designios de cambiar la sociedad desde posiciones poderosas, nada democráticas. Todo ello y muchas cosas más, hacen que vivamos en un mundo complicado con un futuro incierto, por más que miles de expertos crean que tienen la solución.

Cada vez soy más escéptico con tantos planes, tantas reuniones de alto nivel, tantas conferencias internacionales pero creo que hay valores que no cotizan en bolsa pero que son los únicos que pueden garantizar nuestra existencia: el trabajo bien hecho, la honestidad, la honradez, el cumplimiento de la palabra dada, la sobriedad, el esfuerzo, la búsqueda de la verdad y en definitiva el amor, la única fuerza capaz de construir un mundo nuevo donde habite la justicia.

Diferencia entre progres y conservadores

«Los progres pueden ser cualquier cosa menos tolerantes, que es justo de lo que presumen. Es más, se muestran siempre dispuestos a legislar en contra de todo lo que no les guste, despreciando las demás opiniones e imponiendo las propias. Otra característica progre es el uso descarado del dinero público, al que siempre recurren cada vez que sus incompetentes profesiones o actividades les dejan en la miseria. Veamos unos cuantos ejemplos de comportamiento progre respecto a los conservadores, gente que, por el contrario, posee una marcada tendencia a valerse por sí misma:

-Si a un conservador no le gustan las armas, no se compra una.

Si a un progre no le gustan las armas exige que se prohíban.

-Si un conservador es vegetariano, no come carne.

Si un progre es vegetariano pide que sean prohibidos todos los productos cárnicos.

-Si un conservador detecta una amenaza contra su país piensa en cómo derrotar al enemigo.

Un progre se pregunta cómo podría rendirse con elegancia para que se viera bien.

-Si un conservador es homosexual maneja su vida sin alboroto.

Si un progre es homosexual demanda que se legisle al respecto.

-Si un negro es conservador se ve a si mismo como independiente exitoso.

Sus homólogos progres, se ven a sí mismos como víctimas necesitadas de protección gubernamental.

-Si un conservador está en bancarrota y sin trabajo piensa en cómo mejorar su situación.

Un progre se pregunta quién se hará cargo de él.

-Si a un conservador no le gusta lo que se dice en un show de TV, cambia de canal.

Los progres exigen que sean cerrados los shows que a ellos no les gusten.

-Si un conservador es no creyente, no asiste a la iglesia.

Un progre no creyente quiere que se prohíba cualquier mención religiosa o de Dios.

-Si un conservador cree que necesita un plan de salud lo compra o busca un trabajo que lo ofrezca.

Un progre exige que el resto de nosotros paguemos por el suyo.

-Si un conservador está en una tienda se resbala y cae, se levanta, ríe y se siente avergonzado.

Si es un progre quien resbala y cae, se lleva las manos al cuello, comienza a lamentarse y luego pone una demanda legal.

-Si un conservador lee esto lo difundirá a sus amigos para que todos tengan algo de qué reír.

Un progre tratará de entrar aquí a insultar porque «ha sido ofendido».

Texto obtenido en Internet (Difúndelo)»

Vía Batiburrillo

El Templo de Debod

«Tal es el caso de la joya arqueológica descubierta recientemente en San Esteban con motivo de las excavaciones correspondientes a la ejecución de determinado aparcamiento de vehículos. El respeto ante tal hallazgo merece el esfuerzo por parte de todos para desmontar pieza a pieza y posterior traslado de las mismas a una zona en donde pueda ser observada (y disfrutada) por los ciudadanos, de manera que se pueda contemplar cómo fue la Murcia durante determinado periodo de la historia, una historia que refleja el paso musulmán por la ciudad a lo largo de un periodo de casi 400 años. No creo que nuestros arqueólogos tengan dificultad alguna en interpretar el cómo debe procederse ante esta ‘puesta en valor’ del conjunto arqueológico hallado. Cosas más difíciles se han visto, quizá cómo ha sido posible disponer el traslado de pinturas al fresco en determinadas ermitas (véase San Baudilio, en Soria) y, de modo más profundo, cómo el Museo Metropolitan dio con la tecla para disponer un conjunto de piedras llevadas desde España hasta Nueva York para constituir uno de los mejores motivos que hay para visitar tal Museo: los Cluster, los famosos Cluster, reedificados sin dificultad para disfrute de los visitantes.»

Extraído de aquí