Mi radio, mi liberalismo y yo (VII)

Visita a EsRadio y Libertaddigital

La mañanaCon Cesar Vidal estaba siendo ajetreada, los teléfonos no paraban de sonar y, pese a estar en el corazón de la crisis, no paraban de entrar clientes. Sonó el teléfono móvil y vi que era un número de Madrid. –Ya está, me dije, otra insufrible compañía telefónica o la simpática del banco para reclamarme una posición deudora-. Estuve a esto de no contestar. Pero bueno, me decidí a pulsar el botón verde y una cálida voz radiofónica de una señorita me dijo que me llamaba desde Libertaddigital.

Hacía poco tiempo que este medio de comunicación exclusivamente online había lanzado un «Club de los oyentes» para ayudarlos a subsistir y por el cual los socios nos beneficiábamos de numerosas ofertas, como entradas para diversos espectáculos y descuentos en su tienda por internet. Yo creo que fui el primero en llamar para darme de alta, aunque luego me dieran el número 103. Federico Jiménez Losantos lo bautizó en su programa a eso de las ocho y media de la mañana. Cinco minutos más tarde yo ya estaba dando mis datos para asociarme.Cesar Vidal

Naia Pertusa, que era el nombre de la señorita, productora de EsRadio, simpática además de eficiente, me llamó para comunicarme que había sido seleccionado entre todos los socios del club para acudir durante dos días, con todos los gastos pagados, a los programas de la radio en Madrid. Era el primero, el primogénito, el que abría esta nueva y fantástica promoción que habían ideado. Se me iluminaron los ojos y se me cerró el estómago.  Llamé a Inés nada más colgar para que preparara toda la infraestructura de los peques para esos dos días, puesto que en menos de una semana debíamos estar allí. Y así fue. El siguiente jueves por la mañana nos dirigimos a la Estación de tren del Carmen en Murcia. En unas interminables horas -la conexión ferroviaria desde Murcia sigue,  in saecula saeculorum, en el siglo XIX- estuvimos en Chamartín y más tarde en el majestuoso hotel Miguel Ángel de Madrid. Descansamos tras la paliza del viaje y sobre las siete y media llegamos a los estudios de la radio.

Equipo César VidalLa jovial productora nos estaba esperando. Lo primero era asistir al programa de César Vidal que nos recibió antes de empezar con una simpatía y amabilidad desbordante. Por allí estaban Adriana Rey y Miquel Roselló, las caras, o más bien las voces -ya que estamos hablando de radio- habituales del equipo del programa, que en todo momento se mostraron muy atentos con nosotros. Alberto Recarte también pasó a saludarnos, al igual que los tertulianos de esa noche que fueron la amabilísima Cristina Losada, Emilio Campmany (que nos preguntó por la Murcia de su padre) y Carmen Morodo, subdirectora de La Razón. A quien me hizo mucha ilusión saludar fue al economista Juan Ramón Rallo, a quien tanto admiro, y que me comentó que perfectamente sabía quien era cuando le dije que mi cuenta en Twitter era “@mucialiberal”. Alguna vez habíamos cFederico Jimenez Losantoontactado por ese medio o por comentarios en su blog.

A la mañana siguiente estábamos ahí, puntuales a la cita otra vez para asistir al programa de Federico. A la primera que vimos nada más entrar en la pecera era a Maite Toribio, que seguía ahí donde la dejamos casi diez años antes, sentada al timón técnico del programa. Federico alzó la mano saludándonos nada más vernos. Yo me había llevado un libro suyo («Con Aznar y Contra Aznar») que ya me firmó en nuestro anterior encuentro en la cadena COPE. La dedicatoria que escribió entonces le hizo bastante gracia ya que en el 2001 nos deseó muchos años más de casados y ahí estábamos nosotros, diez después, en la radio que había fundado. Le dio todo el bombo posible a nuestra presencia. Fuimos los primeros de muchos socios del Club que pasamos por allí. Pudimos saludar a Carmen Carbonell, Isabel González, Mario Noya, al anteriormente citado Jorge Alcalde, los simpáticos miembros del Grupo Risa, con Oscar Blanco, Fernando Echevarría y David Miner quien se erigió en portavoz del grupo en cuanto a atenciones se refiere, y a otros magníficos colaboradores y miembros de la redacción que se mostraban encantados cada vez que nos veían.

Dieter Brandau fue de lEquipo Informativosos más entusiastas. Nos enseñó el departamento de informativos, e hizo que cada uno de los que allí se encontraban vinieran a saludarnos. Estuvo charlando bastante tiempo con nosotros, me invitó a participar en el fantástico programa de Fútbol que conducía junto a Luis Herrero y Juan Pablo Polvorinos, a quien también saludamos. Pero nos fue imposible ya que a esa hora teníamos que estar yendo en dirección de la estación de tren de Chamartín para regresar a Murcia. Fue la única pega de nuestra visita. Tenía bastante ilusión por saludar a Luis Herrero pero no llegamos, o más bien no llegó él. Sí que conocimos a su equipo. Subimos a la redacción que está junto a la del periódico Libertaddigital.com. Allí pude ponerle cara a muchas voces conocidas. Naia Pertusa se sorprendía cada vez que yo era capaz de reconocer alguna de ellas, sobre todo de los redactores que son poco dados a aparecer en primera línea. Y es que como buen friki radiofónico que soy siempre me ha interesado el nombre de los miembros de los equipos que forman la realización de un programa de radio.

Equipo Luis HerreroEn definitiva fue un día y medio apasionante para los dos. Volvimos a tener la fortuna de vivir la radio por dentro y poder saludar a aquellos a los que admirábamos y escuchábamos cada día. Ahora, si Dios quiere, espero que en el vigésimo aniversario pueda tener la oportunidad de llevarle el mismo libro a Federico Jiménez Losantos y me firme un pase por otros diez años más.

Crónica de una muerte no anunciada

No son pocas las reflexiones que se han escrito sobre el descalabro de Javier Arenas en las elecciones de ayer en Andalucía. Consiguió ganarlas pero no con el suficiente margen para poder formar una mayoría que le permita gobernar uno de los últimos bastiones que se le resiste al Partido Popular. Me quedo con varias consideraciones:

La primera con la de Pablo Molina en Libertaddigital poniendo el acento en la nefasta campaña electoral que ha realizado el PP: “El PP no solo ha decidido hacer una campaña en Andalucía como si fueran a ganar sin bajarse del autobús, sino que, por no incomodar, hasta la política nacional del Gobierno popular ha estado supeditada a esta exigencia de placidez morcillona”. Ha titulado el artículo: ¡Arriola Selección!, ya que si hay que señalar a uno de los principales culpables del descalabro no es otro que al tan valorado sociólogo y gurú del PP y a todos los acérrimos seguidores de sus tesis y que tanto daño están haciendo a la derecha española.

Y es que, en efecto, como también señala Alfonso Galindo en su blog “El tercer liberalismo”: “Tanto el tipo de campaña como la propia elección del candidato demuestran que los populares querían ganar por mero hundimiento del adversario. Demuestra también su poco respeto al ciudadano andaluz: como no lo creen capaz de entender y asumir los retos que tiene la sociedad y la necesidad de cambios profundos, se han limitado a mostrarse como más y mejores socialdemócratas que sus adversarios. Los ciudadanos han preferido el original a la copia”.

Pedro Moya en “Apuntes en Libertad” también pone el énfasis en la penosa campaña y en la dejadez de Javier Arenas y sus áulicos sociólogos a la hora de presentar batalla y pretender ganar por desgaste del rival: “Pero precisamente por ello, la estrategia más adecuada quizá no consistía en dejar que la realidad de la crisis económica, junto a los gravísimos escándalos de corrupción que la prensa publicaba día sí y día también, desgastaran por sí solos al PSOE andaluz: además, se debería haber tenido una presencia constante en todos los medios, y con un mensaje claro y rotundo: explicar y defender sin ambages el programa (y también las medidas tomadas por el nuevo Gobierno) en todos los foros, propios, ajenos, afines y contrarios, y acudir al mismísimo infierno aunque solo sea para denunciar ‘in situ’, y a la vista del público, las maldades de sus inquilinos.”

Luis I. Gómez en su entrada “Arenas y Rajoy lloran. Lo merecen” en “Desde el exilio”, no se sorprende de los resultados, y lo achaca a los “decenios de indoctrinamiento y casi tres generaciones abandonadas a la mediocridad educativa», por lo que no ve  motivos para mostrarse «sorprendido por los resultados de ayer en las elecciones autonómicas andaluzas o asturianas”.

Es como también ha escrito Santiago Navajas en su artículo “PSOElandia” en Libertaddigital: “Pero el caso es que los señoritos dirigentes del PP siguen refugiados en sus casinos de pueblo y sus clubes de ciudad, incapaces de hacer llegar su mensaje a los colegios, los institutos, las universidades, donde los estudiantes más que enseñados son adoctrinados, más que instruidos son formados en una sensibilidad política de izquierdas. De hecho, incluso el PP parece en determinados campos un partido de izquierdas abonándose, por ejemplo, a las tesis “de género” e incapaz, por esa mezcla de pereza y desprecio hacia lo intelectual que caracteriza a la derecha andaluza, de crear una alternativa conceptual seria y estructurada a la que ha creado la izquierda”.

Quedan muchos artículos por escribir y muchas páginas por rellenar. De lo único que estamos seguros es que ayer el PP andaluz llegó a brindar con manzanilla, pero la de sobre, la que arregla el estomago, la calentita. En fin.

Nace Crónicas Murcianas

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Pablo Molina y Martínez-Abarca estrenan Blog en LD: Crónicas Murcianas.

Como dice en el antetítulo: «No se asusten, no van a ver a Boris Izaguirre en paños menores. Crónicas Murcianas es la nueva bitácora de los colaboradores de Libertad Digital Pablo Molina y José Antonio Martínez-Abarca. Un nuevo espacio en el que escribirán diariamente sobre la actualidad española y también sobre lo que ocurre en Murcia».
Enhorabuena y larga vida a Crónicas Murcianas

El PP no es demagogo

Lo dice Pablo Molina en su último artículo: «¿Son realmente demagogos los políticos del PP?»

El problema es que no está nada claro que los políticos del PP estén fingiendo cuando abrazan con tanto fervor las banderas ideológicas de la izquierda. Al contrario, todo parece indicar que las asumen porque están absolutamente de acuerdo con ellas.

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