El “Antenicidio”
Llegó el año 1992, el año del Quinto Centenario, las Olimpiadas de Barcelona, la Expo de Sevilla, los momentos álgidos -si es que no han sido todos- de la corrupción del PSOE y, para mi desgracia, la desintegración de la radio que me acompañaba en cada momento.
El PRISOE no pudo aguantar que una cadena de radio relativamente joven, que tan sólo emitía por frecuencia modulada, consiguiera sobrepasar en oyentes a la «todopoderosa» Cadena SER [4], su protegida. Veían que todo el negocio de corrupción y de terrorismo de estado se les estaba viniendo abajo por unos osados que se empeñaban en desmontarles el chiringuito, el buque insignia, la pieza necesaria para medrar ante el poder político y conseguir pingües beneficios de concesiones y otros negocios oscuros para su conglomerado de empresas. A golpe de talonario y con el gobierno felipista como cómplice necesario, se hicieron con la cadena, lo que provocó, por coherencia, la salida inmediata de los mejores profesionales independientes de la casa: Antonio y Luis Herrero, García y la casi totalidad de sus equipos profesionales.
Eran años convulsos y la aparición de las televisiones privadas había “desajustado” el sector audiovisual. Nos vendieron una supuesta liberalización, ya que el mercado hasta esas fechas, sobre todo el televisivo y el radiofónico, seguía dependiendo de las concesiones discrecionales gubernativas. Dado el mapa político que por aquel entonces imperaba en España, uno puede llegar a darse una idea de que el panorama para la pluralidad de los medios de comunicación era realmente desolador. Persistían innumerables barreras de entrada que el poder político se negaba a levantar para continuar cercenando el derecho a la información de los españoles. Esa supuesta liberalización fue una farsa en toda regla. El sector audiovisual español siguió, una vez más, igual de intervenido que siempre.
Realmente Antena3 Radio nace en 1982 con vocación de televisión, aunque el gobierno felipista tardó siete años en parir el proyecto de concesión de las licencias televisivas “privadas”. En 1988, también se produjo un cambio importante. Pedro J. Ramírez abandonaba la dirección de Diario16 para fundar el periódico El Mundo, gracias a la mediación (léase “perras”) de Mario Conde. Otra historia de desencuentros que merecería, no un capítulo aparte sino otro libro o un serial de ellos [5].
Pero centrándome en la radio, y más en concreto, en el conocido “antenicidio”, Javier Godó, el Conde de Godó, Grande de España, que poseía la mayoría del capital, vendió como sabemos su participación a su mayor competidor, el grupo Prisa. Todo se fraguó en las altas esferas, en las cloacas de los centros de poder, en el llamado “Pacto de los Editores”. Entre ellos se repartieron la tarta intervenida de la radio y televisión a su conveniencia. Así, el 17 de junio de 1992 se produce un cambio en el accionariado de forma que el Grupo Zeta, es decir Antonio Asensio como marioneta y Mario Conde, “la salsa de todos los guisos mediáticos de la época”[6], como muñidor, se convierte en socio mayoritario de la compañía televisiva. Junto al Grupo Zeta entrarían Banesto (Conde), Rupert Murdoch y la Organización Cisneros de Venezuela.
José María Aznar tenía depositada muchas esperanzas en este nuevo grupo que se formaba. De alguna manera les ayudó para que desalojaran a los profesionales que iniciaron el proyecto. Era una condición “sine qua non”. Mi sensación es que, a pesar de tener una buena relación con los Herreros, Federico Jiménez-Losantos, García y demás, los veía como a los “parientes pobres de los nuevos ricos” que tan bien describió posteriormente Luis Herrero. Y es que Aznar fue un buen presidente de Gobierno (sobre todo en su primera legislatura), pero un auténtico zoquete en materia de comunicación. No contó con que al poco tiempo, ese supuesto grupo mediático afín, le traicionaría durante el año 1992 y principios de 1993. Justo el año de sus primeras elecciones generales. El llamado “Pacto de los Editores”, también consistió en conjugarse entre ellos para apoyar a Felipe González y dar la espalda al líder del PP. Incluido Antonio Asensio, la baza por la que Aznar había apostado. El resultado del tal calamitosa estrategia ya lo sabemos. En junio de ese año (1993), José María Aznar, a pesar de tenerlo casi todo a favor, se quedó a las puertas del Palacio de la Moncloa.
Pero volviendo otra vez a julio de 1992, a un mes después de la adquisición de la televisión y la defenestración de Luis Herrero y Federico Jiménez Losantos del informativo nocturno de la televisión, y a un mes antes de cumplir yo los 17 años, escuché, a José María García primero y al resto de los profesionales estrella de la cadena después, anunciar su marcha por incompatibilidad con los nuevos accionistas de Antena 3 Radio. Como se demostró posteriormente fue adquirida para cerrarla de forma ignominiosa y para intentar acallar a los que molestaban. Fue concretamente el 22 de julio. José María García se había tomado unos días de vacaciones previos a las Olimpiadas de Barcelona, y como en la anterior entrada señalé, me sorprendió escucharle esa madrugada de nuevo. Algo importante estaba pasando. Manuel Martín Ferrand no continuaba, se marchaba, y sus “cachorros” radiofónicos hicieron piña para marcharse con él.
Todo esto sucedía justo cuando vestía la camiseta de Antena 3 Radio como si viviera de ella. Por eso, y a partir de ahí, tuve un enemigo que me acompañó durante muchos años: Jesús de Polanco y todo lo que llevara su sello, que era mucho. Desde el PSOE a Santillana, desde El País a Canal Plus, la Ser, Alfaguara, Cinco Días, etcétera. Juré venganza. Tenía que aportar mi grano de arena para intentar el derribo de su abuso de poder. Yo, el justiciero. Así que iba aconsejando a quien me rodeaba el veto, en la medida de sus posibilidades, de todo lo que llevara el nombre de Prisa impreso. Me miraban raro, lo sé. Pero hay ciertas cosas que vienen con la edad y que a veces perduran toda una vida.
La mayoría de los profesionales de Antena3 Radio, tras intensas negociaciones, aterrizaron en la COPE. José María García apostaba por Onda Cero, que por aquellas fechas pertenecía a la ONCE, con Miguel Durán como ciego jefe. Antonio Herrero, por otro lado, lo tenía casi todo cerrado con Eugenio Galdón [7] para recalar en la cadena de los obispos. Lo que ambos tenían claro, y lo que funcionó a la postre, es que el grupo de periodistas que se había formado y que estaba siendo atacado no podía disolverse. Así se lo prometieron alguno de ellos en el hospital a Antonio Herrero Losada, padre de Antonio Herrero, en sus últimos días de vida. José María García dudó hasta el último instante, pero al final cedió gracias a la mediación de Pedro J. Ramírez, José Luis Gutiérrez y Luis María Ansón, los directores de los tres principales periódicos de aquellas fechas si excluimos a El País, es decir, los de El Mundo, Diario16 y ABC.
El acuerdo entre el cartagenero Eugenio Galdón y la Cadena Cope se cerró durante el mes de agosto, lo que me permitió a partir de septiembre de 1992 rencontrarme de nuevo con la Radio Popular, o sea la COPE.
Antes de Antena 3 Radio, mis primeros recuerdos radiofónicos se sitúan con esa emisora en mi infancia, en mi casa, cuando me dedicaba a destrozar juguetes. Mi madre tenía la sana costumbre de encender el transistor desde primera hora a todo lo que daba el volumen -el hilo musical por las habitaciones, que nunca tuve, ha sido para mí una frustración infantil, al igual que el Scalectrix-. Allí no se oía otra cosa que no fuera Luis del Olmo y su “Protagonistas”. Eran realmente brillantes y divertidos sus espacios: “El jardín de los Bonsais” con sus imitaciones de los principales personajes del país, y el “Debate sobre el estado de la Nación”, con los geniales Tip y Coll, Alfonso Ussía, Antonio Mingote y Chumy Chúmez, entre otros. Su programa marcó toda una época, sobre todo en aquella época del Felipiense tardío. Ahora mismo, cuando escribo estas líneas, me es imposible no tararear la archiconocida sintonía [8] del programa que me acompañó durante esos primeros años de vida.
Llegados a este punto me gustaría hacer una salvedad. Y es que en efecto, aunque parezca mentira por todo lo que estoy contando, fui escolarizado como la mayoría de mis coetáneos. Todo esto lo tengo grabado en mi memoria, como supongo que le pasará a muchos otros, ya sea por los eternos días de vacaciones o por las malditas anginas que me postraban en la cama de matrimonio de mis padres de vez en cuando.
Luis del Olmo aterrizó en la Cope durante el año 1983, venía de RNE, y se mantuvo hasta el verano de 1991 cuando pasó a Onda Cero. Por eso la situación de la cadena de los obispos en ese verano del año 1992 no pasaba por un buen momento. No se habían podido recuperar del mazazo que les supuso la marcha del ponferradino un año antes. Por eso no sé quién se necesitaba más: si el grupo de periodistas díscolos que se marcharon de Antena 3 o la COPE a ellos. Ambos se necesitaban como agua de mayo y don Bernardo Herráez, el cura que estaba al frente de la radio, -un personaje muy listo, según nos lo han descrito después en sucesivos libros los que le conocieron-, no dudó en firmar el contrato que les uniría durante tantos años.
Así que, a mediados de septiembre del año 1992, parte del “Sindicato del crimen”, tal y como les bautizó Juan Luis Cebrián, el lugarteniente de Jesús de Polanco, comenzaron su singladura en la cadena COPE.
La estructura de la nueva parrilla quedó con Antonio Herrero iniciando el informativo a semejanza de su antigua emisora, pero con Carlos Herrera, que por aquellas fechas todavía era un desconocido para mí, llevando el magazine de 10 a 12 de la mañana. Todavía recuerdo su famoso: “Son las 10 de la mañana y Antonio Herrero…” ya que al igual que García por las noches, no tenía el don de la puntualidad para terminar sus programas.
En los informativos siguió José Apezarena, hombre “ad eternum” de COPE; por las tardes la diva Encarna Sánchez, a la que paradójicamente no escuché en mi vida; Luis Herrero se encargó de conducir el informativo nocturno al que bautizaron como “La Linterna”, con Federico Jiménez Losantos haciéndole el resumen de prensa; José María García, con casi la práctica totalidad de sus colaborares habituales -incluido Gaspar Rosety o Pipi Estrada– continuó con su hora y media nocturna al inicio de la madrugada. Por el contrario, Javier Ares la voz radiofónica del ciclismo, Siro López director de deportes de Telemadrid y ahora también polemista habitual en “Punto Pelota” de Intereconomía, Eduardo Torrico en el AS, el mítico Andrés Montes, fueron algunos de los que se quedaron en Antena 3 y no le acompañaron.
Tal era la pasión que me producía la radio, y los medios de comunicación en general, que luché lo indecible durante esos años de acné e instituto por sacar una especie de periódico colegial que se llamó “Tiempo Nuestro”. Estudiaba 2º de BUP en el curso 90-91 y varios compañeros y amigos decidimos que había que inventarse algo, al estilo de los anuarios americanos, que inmortalizara de alguna manera las experiencias que durante esos maravillosos años estábamos viviendo.
El primer año, casi sin la ayuda de la dirección del colegio, con escasos medios, publicamos una especie de cuadernillo casero, manifiestamente mejorable aunque entrañable por lo artesano y rudimentario. En el segundo año, cuando ya estábamos en 3º de BUP, sacamos algo aparentemente más decente, de imprenta y todo. Uno de los artículos que más cariño le tengo de ese periódico colegial es uno que redactamos al alimón el ahora presentador de televisión de La7, periodista y excelente locutor de radio, Luis Alcázar, y yo sobre la radio de aquella época. Contando con que mi querido amigo y compañero sabrá perdonármelo, lo transcribo aquí sin cambiar una coma:
“Algo más que la televisión”
No cabe la menor duda de que la radio es el medio de comunicación más directo, lo que le ha servido en gran parte para su supervivencia frente a la masiva existencia de canales televisivos.
La radio nos permite, gracias a los comentarios que día a día nos ofrecen cientos de periodistas a ver de diferentes puntos de vista el mundo que nos rodea ya sea, de carácter informativo, de carácter deportivo o de cualquier otro tipo de entretenimiento, cosa que la televisión no puede conseguir salvo en algunos programas aislados. Diferentes programas que se nos ofrecen para cualquier necesidad, y para cualquier edad. Así en materia deportiva nos encontramos con multitud de programas, ya que, queramos o no y a pesar de no ser una sección de las más importantes, si juega un papel relevante en este mundo de las ondas. Como ejemplos más significativos están “El Larguero” en la cadena SER, “Tertulia Deportiva” en Onda Cero o “Radiogaceta de los deportes” en RNE y por supuesto el programa estrella de todas las emisoras y de cualquier materia es “Supergarcía en la hora cero” dirigido y presentado por José Mª. García sin duda alguna el mejor periodista a pesar de muchos de sus detractores, rodeado de un equipo formidable (Gaspar Rossetti, Eduardo Torrico…) realiza el verdadero periodismo de investigación que le ha llevado a descubrir verdaderos escándalos dentro del mundo del deporte, lo que le mantiene en el primer puesto de audiencia desde hace muchos años.
En otras materias destacan por el mérito de llevar un programa sin que aburra durante cuatro horas Luis del Olmo en Onda Cero e Iñaki Gabilondo en la SER, dos periodistas con consumada experiencia que han logrado llevarse todo el cariño y el afecto de las amas de casa debido a su horario matinal.
Otro tipo de programas que a la gente le gustan son las tertulias siendo la más famosa la producida en el programa “Hora Cero” de José Luis Balbín en Antena 3 o en el programa “Viva la gente de la tertulia” dirigido por Miguel Ángel García Juez en esta misma cadena y donde se dan cita personajes tan importantes como Luis Carandel y Carlos Pumares. En estos programas se discute y se debate sobre los asuntos que acontecen en el mundo.
Otros programas de interés pueden ser en materia humorística el programa de Gomaespuma, o en materia de medicina el programa “La salud es lo que importa” en Antena 3.
En materia informativa podemos destacar a Antonio Herrero con su programa “El primero de la mañana” o Luis de Benito que realizan verdaderos programas de información, que suelen durar una o dos horas.
Para terminar esta especie de repaso citaremos a un programa que por su calidad merece ser nombrado como es “Polvo de Estrellas” en Antena 3, dirigido por Carlos Pumares, un programa donde se analizan de una forma peculiar el mundo del cine y en el cual da una opinión sobre las películas que le preguntan siendo uno de los periodistas con mayor personalidad de toda la radio.
En definitiva, un sinfín de programas maravillosos que no podríamos destacarlos todos y no podríamos contar todas sus anécdotas en un simple papel ya que eso sólo se puede escuchar a través de la radio. Desde aquí va nuestro llamamiento a la gente para que no se olvide de que siempre hay una radio que le está esperando.
Luis Alcázar y Manolo Marín (3ºE y A)
[4] En efecto, en 1992 Antena3 logró liderar las encuestas del EGM (3.139.000 de oyentes para Antena 3 Radio frente a los 3.007.000 oyentes de la Cadena SER en la segunda oleada de 1992).
[5] Libros a destacar que relatan el proceso: “Pedro J. Ramírez al desnudo” de José Díaz Herrera, Ed.Akal. “El Mundo en mis manos” del propio Pedro J. y Marta Robles, Ed.Grijalbo.
[6] Luis Herrero, “En vida de Antonio Herrero” Ed.La Esfera de los Libros, pág 169
[7] Eugenio Galdón Brugarolas (Cartagena, 22 de junio de 1950) es un empresario español, licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Católica de Lovaina y por la Universidad de Madrid y además de Economista del Estado. Galdón es el fundador de ONO y fue su presidente hasta noviembre de 2008. Entre 1973 y 1982, Galdón ocupó diversos cargos de relevancia en la Administración Pública española, entre ellos Jefe de Gabinete del Presidente del Gobierno de España. De 1983 a 1997, Galdón dirigió algunos de los mayores grupos de comunicación españoles (Cadena Ser, Grupo Prisa, Cadena COPE). Desde 1992, es presidente y accionista mayoritario de Multitel, grupo empresarial que él mismo fundó para invertir en proyectos relacionados con medios de comunicación y telecomunicaciones en España siendo ONO el resultado más evidente de este esfuerzo inversor (Fuente: Wikipedia)
[8] La sintonía era la de ‘Crónicas de un pueblo’, serie mítica de TVE: http://www.youtube.com/watch?v=jK6noEEMpHk
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